Clarinete Histórico

Chalumeau, Clarinete Barroco, Romántico, Clarinete di Bassetto y Corno di Bassetto

Al final del S. XVIII en una era de profundas transformaciones, cambios estéticos y filosóficos, el clasicismo dará paso a un nuevo movimiento llamado romanticismo. Centrándonos en el repertorio propio de la última década del S. XVIII y primeros años del S. XIX, nos situamos en una encrucijada, detrás de una sonoridad perdida; especulando, indagando y, en esencia, estudiando un momento concreto, como quien contempla una imagen de un instante remoto. En busca de los sonidos de un tiempo lejano distantes en espacio, pensamiento y emoción, nos presentamos como humildes alquimistas del sonido.

Clarinetes

Escuela de Viena

En la Viena de 1789, W.A Mozart se encontraba componiendo “Cosi Fan Tutte KV 588”. Simultáneamente escribió para su fraternal compañero masón Anton Stadler, el primer quinteto para cuerdas y clarinete de la historia, que pasó a ser llamado “Quinteto Stadler K.581”. El compositor y el intérprete, junto al constructor de instrumentos Theodor Lotz, formaron parte de la logia Zur Wahren Eintracht (La Beneficencia) y crearon un nuevo instrumento en La llamado clarinete di bassetto, que se extendía en el grave una 3a M hasta el Do, para el que Mozart terminó de componer en 1791 el “Concierto para Clarinete y Orquesta KV 622”.

Dentro de los esbozos que se conservan del genio de Salzburgo, se encuentra el “Rondo Zu Einem Quintett in A”KV Anh.88 (581a)” basado en el aria de Fernando “Ah lo veggio” de “Cosi Fan Tutte”.

Clarinete di Basseto

Escuela de París

Poco después, en 1795 se crea el conservatorio de París, institución que formaría cientos de clarinetistas que posteriormente ingresarían en las bandas del ejército de Napoleón y que en consecuencia difundirían el clarinete por toda Europa. El más destacado profesor fue Jean Xavier Lefèvre (1763 Lausanne–1829 París), que en 1802 editó un método para clarinete en el que se indica que él tenía un clarinete de seis llaves, una más que lo habitual.

Dentro de sus alumnos destacó Bernhard Hernrich Crusell (1775 Unsikaupunki–1838 Estocolmo) que llegó a París en 1803, donde permaneció un año estudiando clarinete y composición. Con el tiempo Crusell pasó a ser uno de los más reputados virtuosos de toda Europa y en 1811 viajó a Dresde donde adquirió un clarinete de nueve llaves de Heinrich Grenser. Este instrumento le permitió tocar en una gran cantidad de tonalidades, e interpretar pasajes de gran brillantez cromática.

Tanto Lefèvre como su alumno Crusell compusieron música de cámara y repertorio para solista, llevándolo a su instrumento a un gran desarrollo técnico y musical a su instrumento.

Corni di Bassetto

Corno di Bassetto

En este modesto trabajo hemos recogido los cambios estéticos y técnicos de una década que hizo de puente entre dos mundos musicales. Paseando por composiciones creadas en ciudades tan distintas como Viena o París, hemos intentando con rigor y pasión, llegar hasta ti.